| Descripción |
Cuatro estudios de figura de torero en distintas poses, tratándose seguramente del mismo individuo. Todos van vestidos con el traje de torero completo, con pantalón atado bajo la rodilla, chaleco ajustado corto que deja ver la faja que rodea su cintura, chaquetilla corta también y montera cubriendo la cabeza. Tanto los laterales del pantalón como el chaleco y chaquetilla están profusamente decorados.
En la primera figura por la izquierda vemos al torero de frente, de pie y ligeramente inclinado hacia la derecha. A la cintura lleva enrollado el capote, que sujeta con su mano izquierda sobre la cadera. La segunda figura también está de frente, mirando hacia la derecha. Lleva el capote en el brazo izquierdo, que apoya sobre la cadera. La tercera figura repite la pose del anterior (con el capote en el brazo derecho que apoya sobre la cadera) pero en esta ocasión lo vemos casi totalmente de espaldas, pudiendo ver la moña sobre la coleta. La última figura presenta al torero de perfil a la derecha, aunque tiene la cabeza ligeramente girada hacia nosotros. Como en los dos casos anteriores, lleva el capote en el brazo izquierdo, repitiendo la pose.
Las cuatro figuras están dibujadas con gran precisión, prestando mucha atención a los detalles, sobre todo las decoraciones de la indumentaria. Los toques de aguada portan volumen a las figuras.
El dibujo está firmado y fechado por Joaquín Domínguez Bécquer (1816-1879) en el ángulo inferior izquierdo: "Joaq. D. Becquer / Sevilla 1847". Este artista es uno de los más destacados dentro de la escuela costumbrista sevillana del periodo romántico, que se refleja en sus escenas de ferias, bailes y personajes típicos como majas y toreros, como en este caso. Por la precisión del dibujo y el estudio de poses, debemos relacionar este dibujo con otro que se conserva en el Museo, "Estudios para el Espada Juan Lucas" (Inv. CE10658) que como su nombre indica, son estudios para una obra al óleo, conservada en el Museo Taurino de Lima (Berckemeyer y Pazos, F: "El Arte y los toros, catálogo del museo taurino de Lima", 1966, lám. E67).
Las escenas de corridas de toros y retratos de toreros cobraron gran importancia durante el Romanticismo, ya que era parte de la imagen romántica de España para los extranjeros, y la fiesta de los toros gozaba también de gran predicamento entre el pueblo. Durante este periodo además se asentaron algunas de las bases del toreo, y fueron muchos los maestros que destacaron con nombre propio. Este estudio, por tanto, podría haber servido al autor para definir un lienzo posterior, aunque no hemos encontrado en su producción ninguno con el que se pudiera relacionar. La obra, además, ingresó en el museo con el título "Estudios del torero Francisco Montes alias Paquiro", aunque desconocemos por qué se relaciona con este famoso torero del siglo XIX español, aunque podría tratarse de él, ya que este matador fue uno de los más afamados de su momento, y por tanto fue retratado por artistas como José Elbo, José Domínguez Bécquer (primo de Joaquín) o Valeriano Domínguez Bécquer (sobrino segundo de nuestro artista). La fama le vino a "Paquiro" tanto por su maestría en el arte de la lidia como porque sentó las bases del toreo moderno y también la indumentaria de los toreros. Es a finales del siglo XVIII cuando ésta comienza a codificarse, adoptando el traje de majo madrileño, de rico colorido y profusa decoración. Posteriormente, "Paquiro" (1805-1851), definió el traje que imperó en época romántica, compuesto de camisa blanca, corbata ancha (llamada pañoleta), y amplia faja de seda a la cintura; chaleco de corto talle y muy ceñido con profusa decoración, chaquetilla corta muy ajustada y decorada en toda su superficie con todo tipo de cintas, caireles, pasamanos, cordones, madroños, charreteras y galones, que no se ajusta por delante y deja visible la camisa y el chaleco; taleguilla (pantalón de talle alto muy ceñido atado a la pierna bajo la rodilla) con medias blancas y zapatillas sin tacón, flexibles. Finalmente, en 1835, "Paquiro" introdujo además la montera para cubrirse la cabeza, voluminosa, confeccionada en astracán y borlas de adorno a los lados.
Joaquín Domínguez Bécquer también fue un destacado dibujante, y de su mano se conservan varios ejemplos en el Museo. Destaca de entre estos un grupo de dibujos dedicados al toreo, bien a figuras individuales, como el ya mencionado "Estudios para el Espada Juan Lucas" (Inv. CE10658) o escenas, como "Estudio de picador con vara de detener picando al toro junto a otros toreros" (CE10660) y "Salida de la cuadrilla en la Maestranza de Sevilla" (CE10661), que también es un estudio para un cuadro, uno de los más importantes dedicados a la fiesta de los toros de nuestro pintor, "Plaza de la Real Maestranza de Sevilla" del museo de San Telmo en San Sebastián" (Nº de inventario P-000082)
(Catalogación: Mónica Rodríguez Subirana, 2024)
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